Miércoles 9.7.2025
5.3.2020. Por estos días, y a más de dos meses de la recuperación del Municipio por parte del peronismo, el Partido Justicialista conducido hasta ahora por el sindicalista petrolero Ramón Garaza, quien tanto en internas abiertas como en elecciones generales quedó expuesto por realizar contubernios con propios y extraños en contra del flamante intendente Fabián Cagliardi, mantiene una férrea actitud tendiente a la búsqueda de perpetuidad en dicho cargo.
Muy por el contrario, la falta de autocrítica de Garaza se constató cuando, apenas de caer derrotado en la interna partidaria de agosto de 2019 (como se recordará, apoyó a su candidato Juan Mincarelli para enfrentar a Cagliardi) no presentó la renuncia, que puertas adentro del peronismo hubiese sido considerada como “histórica”.
Sin embargo, por lo que muchos suponen dolido por aquella derrota, el dirigente de los petroleros siguió por el sendero equivocado al ahorrar todos sus esfuerzos en la campaña que llevó a Cagliardi a ser el sucesor del radical Jorge Nedela.
Tradición al fin en el peronismo pero no escrita en letras de molde, quien conduce los destinos de la comunidad es quien lleva naturalmente las riendas del partido.
En este aspecto, voceros de diferentes agrupaciones de afiliados justicialistas observan molestos y asombrados cómo el mencionado Garaza esquiva su responsabilidad de colocar al mando del órgano partidario al intendente Cagliardi. Por tales motivos, no son pocos los militantes y dirigentes del peronismo berissense (cuna del Movimiento) que exigen su urgente renuncia.
En varios ámbitos partidarios de dicha ciudad se comenta que la actitud del gremialista es entendible si se tiene en cuenta su situación: no sólo ha perdido su cargo en el Directorio del Consorcio de Gestión del Puerto La Plata sino que puertas adentro de la empresa YPF su poder de convocatoria está en disminución, a lo que se suma una rencilla sindical con su propio sobrino, quien lidera un importante espacio decidido a disputarle el poder.
