Los homenajes y los no homenajes a José Ignacio Rucci pusieron sobre la mesa el "Peronómetro"
José Ignacio Rucci.

Los homenajes y los no homenajes a José Ignacio Rucci pusieron sobre la mesa el "Peronómetro"

26.9.2020. Hace mucho tiempo que no se veía de manera tan explícita la división ideológica dentro del Partido Justicialista y fue, precisamente, en ocasión de recordar un acontecimiento que conmovió sus entrañas el 25 de septiembre de 1973: el asesinato del referente de la Unión Obrera Metalúrgica y secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), José Ignacio Rucci.

Tal vez la primera señal del desconcierto interno de los peronistas sucedió en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, cuando a instancias del integrante del bloque de Juntos por el Cambio, Mauricio Vivani, se propuso recordar al ex líder de la CGT.

A instancias del presidente de la Cámara, Federico Otermín, y del presidente del bloque del Frente de Todos, Facundo Tignanelli; la intención de Vivani quedó archivada.

Con ese proceder, Otermín demostró su lealtad a lo que dispone e impone el ala dura del kirchnerismo (muy contrario a los postulados de Rucci), mientras que Tignanelli fue fiel a sus principios. No obstante, durante la sesión virtual, el legislador opositor tuvo unos minutos para lamentar tal accionar.

Distinto fue el caso en la reciente sesión del Senado bonaerense. Allí, el senador de extracción gremial y representante de la Octava Sección Electoral (La Plata), Omar Plaini, dijo que Rucci fue “uno de los hombres más importantes que tuvo el Movimiento Sindical Argentino y el Peronismo, por su lealtad a Perón y a los trabajadores”.

A Plaini lo antecedió en la palabra su colega del cuerpo, pero no así de bloque, dado que integra la bancada de Juntos por el Cambio: Claudia Rucci, nada menos que la hija del dirigente asesinado.

Sin embargo, el legislador y secretario general del Sindicato de Canillitas cuestionó a Vivani por “oportunista y desconocedor de la historia del movimiento obrero argentino, del peronismo y del radicalismo que llevan juntos más de doscientos años de vida”.

Según comentó Plaini, Otermín y Tignanelli le prometieron a Ignacio Rucci (hermano de Claudia y presidente de la Fundación que lleva el nombre de su padre) que “habrá un homenaje en la próxima sesión, frente al oportunismo de los de afuera”.

Previo a la sesión virtual del Senado, Claudia Rucci había tenido duros conceptos por lo sucedido en la Cámara presidida por Otermín: “No sorprende. Dentro del Frente de Todos, los peronistas están obligados a disimular su identidad. Hegemoniza el cristinismo y acompañan -dócilmente- muchos peronistas que pasaron a la clandestinidad. El cristinismo se asume como continuidad histórica de quienes lo asesinaron”.

En esa línea, la senadora bonaerense cuestionó a Máximo Kirchner, presidente del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos: “El día de los homenajes a Rucci, irónico, homenajeó a Tosco, creyendo que agredía. Rucci era peronista. Tosco era marxista. Ambos fueron honestos y se respetaban”, escribió en su cuenta de la red social Twitter.

Aunque después concluyó: “Yo elijo homenajear a Tosco, dijo Máximo Kirchner. Es honesto consigo mismo. Los peronistas decidimos otra cosa…”. Cabe destacar que Agustín Tosco era el secretario general del gremio de Luz y Fuerza y uno de los líderes del “Cordobazo” llevado a cabo durante la dictadura que en ese momento encabezaba el general Juan Carlos Onganía.

Otro referente que no quiso quedar marginado del debate por los homenajes a Rucci fue el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien eligió su flamante espacio político “Peronismo2020”para decir que el día del aniversario del asesinato del sindicalista es “una fecha para conmemorar un verdadero día peronista”.

Cabe recordar que hace 47 años, y a dos días del aplastante triunfo conseguido en las elecciones generales por la fórmula presidencial Perón-Perón (Juan Domingo Perón-María Estela Martínez de Perón, quienes obtuvieron el 62 % de los votos), Rucci era cruelmente asesinado. Si bien en su momento se lo adjudicó la organización guerrillera Montoneros, la política y la Justicia siguen sin dar precisiones respecto a los autores intelectuales: por esos días, siempre se dijo que “Mario Firmenich, Fernando Vaca Narvaja, Roberto Perdíay Carlos Quietodesafiaron a Perón tirándole un cadáver”.

La ambigüedad perdura: los entonces jefes de Montoneros no se adjudicaron públicamente el asesinato, pero muchos sostienen que, internamente, sí.

 

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