Industria Hípica: cirugía mayor, sin anestesia…
(Foto: Gentileza Hipódromo de LP)

Industria Hípica: cirugía mayor, sin anestesia…

Texto: Gonzalo Valcarlos.

6.7.2018. El cambio de gestión que emergió por el 2015 trajo consigo infinidad de medidas que, en una primera lectura, habrían de mejorar la calidad de administración en todos los estamentos gubernamentales.

Concretamente el turf no fue la excepción. Mal asesorada, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, decidió redireccionar los fondos destinados a los hipódromos hacia las áreas más “sensibles” del Estado. Debió haber consenso con las fuerzas vivas del turf para crear un criterio común y así alcanzar los mejores resultados para uno y otro sector. Pero no fue así.

Cambios en la sede de Lotería de calle 46, la firme decisión en el cambio de ruta ordenado por la gobernadora Vidal y el desembarco de nuevos nombres en el hipódromo platense, no hicieron más que agravar la situación en todo el arco de la industria local y provincial.

El advenimiento del actual interventor, José Malbrán, en el predio platense llamó la atención de “propios y extraños”. El desconocimiento ganó por “goleada” y una gestión acordonada con matices poco felices para profesionales del turf y empleados del lugar, hicieron estallar los reclamos.

Lo único que bajó en la Argentina del “cambio” fueron los premios hípicos. Totalmente irrisorio y de pésima gestión. Habrá que esperar las negociaciones que por estas horas se están dando en comisiones de la Legislatura bonaerense. Crece la incertidumbre, el silencio de los gremios resulta sugestivo a esta instancia y las versiones que indicarían una eventual privatización del Hipódromo de La Plata,  mantienen en vilo a todos los componentes de la industria.

Un dato que no es menor: el turf argentino emplea alrededor de 100.000 puestos de trabajo (directos e indirectos), además de 50.000 “no registrados”. Números reales, no de “pizarrón”.

La historia vuelve a repetirse: el turf otra vez arrinconado por la política y la ignorancia. Final de “hacha y tiza”, de los más bravos que se hayan avizorado en décadas y el disco de sentencia cada vez más cerca.

Debe quedar claro. El turf no es juego, es ¡trabajo!

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