Viernes 19.4.2024
30.7.2018. No son lo mismo Elisa Carrió y María Eugenia Vidal. La primera puede ser la locomotora que enfrenta a propios y extraños cuando la administración del presidente Mauricio Macri necesita respaldo; en cambio, la segunda gobierna. Y por si eso fuera poco, lo hace en el principal distrito del país en todos sus aspectos: territorial, poblacional y electoral.
En lo que respecta a la ley de interrupción voluntaria del embarazo o también llamada ley de despenalización del aborto, Carrió y Vidal piensan lo mismo, es decir, no están a favor.
Como se sabe, la legisladora nacional oriunda del Chaco y líder de la Coalición Cívica ya tuvo su encontronazo con sus pares oficialistas de la Cámara de Diputados de la Nación cuando se aprobó la media sanción a la iniciativa que espera ser tratada el 8 de este mes en el Senado.
Carrió puede enojarse, pero el caudal de votos que aporta a Cambiemos hace que sus máximos responsables –empezando por el propio presidente Macri- no se muestren tan preocupados como hacen querer creer a sus posibles votantes.
En cambio, Vidal enojada con un proyecto oficial es totalmente distinto. Si bien hoy está padeciendo el descontento social por las políticas que generan inflación y crisis de consumo, más la inseguridad y el caso de los aportes “truchos” de la campaña electoral de 2017 que la tuvo como máxima responsable de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, la gobernadora sí tiene en su haber un enorme respaldo en votos.
En el Tedeum realizado en la Catedral de La Plata en conmemoración de un nuevo aniversario de la Independencia argentina ocurrida un 9 de julio de 1816, Vidal dio un claro mensaje de oposición a ley que cuenta con el aval macrista: allí posó con un militante de “Pro Vida”, pero lo anecdótico estuvo en que tomó en sus manos el pañuelo celeste que identifica a ese sector de la sociedad.
Ahora, tras volver a los timbreos y enfrentar nuevos conflictos con los gremios docentes y estatales, la gobernadora está decidida a recobrar el protagonismo y para eso elige el tema que divide a Cambiemos, como lo es el del aborto.
Su postura es simple pero a la vez complicada de entender: puertas adentro, sus colaboradores dicen que su oposición a la ley es total por convicción y formación; mientras que puertas afuera ya hizo saber que su administración en nada se opondrá .y hará cumplir la ley en caso de ser aprobada.
Sin embargo, Vidal se juega su propia carta: el rol que tendrán los médicos con la objeción de conciencia; la infraestructura hospitalaria y los tiempos previstos para la práctica abortiva que requieren demandas urgentes son algunos de los problemas que se avizoran en la Gobernación, que en definitiva es lo mismo que decir que el territorio bonaerense es hostil a la nueva ley.
