Informe sobre la situación política argentina en diciembre
Poder: Banda y bastón de mando.

Informe sobre la situación política argentina en diciembre

Texto: Origen (*).

9.12.2018. Luego de dejar atrás los agitados días del G20 y la final de la Libertadores, la política argentina se toma el último respiro antes del año electoral.

Hasta hace pocos días parecía no haber más lugar que para dos jugadores en la cancha (Cambiemos y Unidad Ciudadana), siguiendo la lógica que se viene dando en el mundo de “polarización y populismo”. Sin embargo, hay movimientos subyacentes permanentes que hacen que pueda generarse un tercer espacio competitivo en la contienda electoral 2019.

Dentro de ese espacio se visualizan tres grandes grupos que pretenden tener un rol más protagónico que el que le dan las encuestas hoy en día. Allí encontramos a una renovada liga de gobernadores peronistas aliados con Massa y Pichetto por un lado, al progresismo nucleado con Stolbizer, Lischfitz y Alfonsín por otro y una serie de outsiders que pretenden transformarse en los Bolsonaros argentinos (Milei, Espert y Olmedo, entre otros).

De los grupos mencionados arriba, los dos primeros muestran una mayor musculatura política y capacidad de diálogo entre sí. De hecho, la relación entre dos actores protagónicos de ambos espacios sigue intacta (hablamos de Stolbizer y Massa).  Si se suman estructuras políticas y territorios con inteligencia puede salir una alquimia interesante.

Un dato no menor es que la mayoría de los gobernadores que integran la coalición -hoy en formación – posiblemente hayan concluido sus campañas electorales (y en muchos casos reelegidos) antes que comience oficialmente la campaña presidencial.  Tendrán tiempo y recursos de gestión para acompañar al postulante que elijan para la Casa Rosada.

El desafío como siempre está en la provincia de Buenos Aires que aporta el 38% del electorado. Allí la única candidata definida es la gobernadora Vidal, quien está coqueteando con despegar la fecha de las elecciones provinciales de las nacionales.  Para eso necesita un visto bueno del Ejecutivo Nacional por el dinero que implica la jugada provincial de hacerse cargo de una elección por primera vez desde el regreso a la democracia, con la excepción del plebiscito de Cafiero.

Es una apuesta tan audaz como riesgosa. Tiene la ventaja que no hay ningún candidato opositor definido y mucho menos uno que tenga la intención de votos cercana a la que tiene Vidal. También hay cálculos que llevan a pensar Cambiemos podría sumar unos 10 municipios más que lo llevaría a tener más de 100.

Desde la oposición ven con buenos ojos esta cuestión. Los intendentes del Conurbano dependerían de ellos mismo para retener su terruño que – en el fondo –es lo único que les quita el sueño.  Por otro lado, los libera de mayores obligaciones cara a la elección de octubre teniendo la opción de adherir a cualquiera de los dos peronismos.

Decíamos que es también un asunto riesgoso para el oficialismo. No son pocos los que piensan que despegar las elecciones podría quitarle entre 3 y cinco puntos en las PASO al presidente y complicar su camino a la reelección. No salir primero en esa instancia podría hacer que elección de octubre sea sumamente complicada y pareja con un resultado en el balotaje por demás incierto. En este contexto, el oficialismo apuesta a un fin de año con la menor tensión social posible y una pronta recuperación económica que le devuelva la confianza a sus votantes.  Ambas cosas son difíciles de prever y pronosticar en este momento.  

El G-20 parece haber dejado un contexto internacional favorable al país para terminar de superar la crisis en el segundo trimestre del próximo año.  Una incógnita difícil de descifrar 100 días antes.

El fin de año siempre trae la ilusión de deseos a cumplirse después del 1° de enero. Habrá que ver qué fuerza política puede hacerlos realidad.      

                             (*) Consultoría en Asuntos Legislativos y Gubernamentales

Envíe su comentario
.