Sábado 20.4.2024
24.12.2018. Los hechos fueron los siguientes: en la ciudad bonaerense de Mercedes, el miércoles 19 de diciembre una madre fue a pasar un buen momento a un boliche, en donde su único objetivo era bailar y divertirse, por lo que confió al padre de su beba el cuidado de la misma.
Por lo que se pudo saber, el padre no estaba en buen estado de conciencia, dado que se lo observó caminar por la calles de dicha ciudad con signos de ebriedad: mientras empujaba el cochecito en el que llevaba a la beba iba consumiendo alcohol.
Al pasar cerca de él un móvil de la Policía Local y observar la situación, agravada con la pequeña llorando a gritos y con signos de no haber sido higienizada, decidieron llevarlo hasta la dependencia policial para asistirlo.
Cuando llegaron a la comisaría, los gritos de la beba retumbaban inconfundiblemente. Fue en ese momento que una oficial de servicio, Biaan Pratti, se acercó para tomar conocimiento de lo que estaba sucediendo.
Pratti no dudó en su intento por calmar y resolver la situación: como está en estado de amamantamiento, decidió darle el pecho y luego higienizarla y cambiarla. Al rato hubo un refuerzo de mamadera y se durmió.
Seguidamente, los oficiales decidieron dar traslado de lo sucedido al servicio social local.
Esa historia que podría ser un capítulo más de un acto de amor de una oficial de la Policía, fue considerado improcedente por la madre de la bebé. Ante eso, impulsó una denuncia en la misma sede policial y en la fiscalía de turno, bajo el argumento de que el amamantamiento pudo haber sido el transmisor de alguna enfermedad a su hija.
Por lo que se supo en las últimas horas, esa denuncia no prosperó.
