Viernes 19.4.2024
16.1.2019. Si bien, en la provincia de Buenos Aires, todavía corren los tiempos de análisis, discusiones, alianzas, acuerdos o desacuerdos, lo cierto es que muchos políticos ya están en campaña con miras a ser considerados por la ciudadanía en las próximas elecciones generales.
Como se sabe, el territorio bonaerense elegirá este año a un nuevo gobernador, en donde todos los indicios del lado del oficialismo (Cambiemos) señalan que la actual mandataria María Eugenia Vidal irá por su reelección.
¿Elecciones anticipadas, es decir separadas de las nacionales, en junio? Eso está por verse.
Mientras tanto, en la oposición y especialmente en el peronismo que este año intentará recuperar el bastión perdido en 2015 tras 28 años de administrar la Provincia más grande del país, las negociaciones están prácticamente contrarreloj.
Así, surgen nombres: Martín Insaurralde por el sector de los intendentes “dialoguistas” y con buena sintonía con la administración Vidal; el ex ministro de economía de la Nación; Axel Kicillof; el actual senador provincial y hombre fuerte de la Seguridad durante el gobierno kirchnerista, Sergio Berni; el ex gobernador Felipe Solá y hasta Sergio Massa.
Ningún sector quiere quedar al margen de las discusiones y negociaciones para determinar qué fórmula será la que represente al peronismo unido, una misión casi imposible hasta el momento.
Y en ese escenario, sobre la mesa de posibilidades apareció no sólo una candidatura a solas sino una “fórmula”: la compuesta por la de los intendentes de La Matanza, Verónica Magario; y Ensenada, Mario Secco.
Magario y Secco, podría decirse, son exponentes del ala más dura del kirchnerismo, casi la cara intransigente del sector. Ambos, puede decirse sin duda alguna, tienen la más alta consideración de la “Familia K”, es decir, nada más y nada menos que la jefa del espacio, Cristina Fernández de Kirchner; y su hijo, Máximo Kirchner.
