Felisa Miceli, María Eugenia Vidal y sus despachos: dos visiones para entender el marketing político
Felisa Miceli.

Felisa Miceli, María Eugenia Vidal y sus despachos: dos visiones para entender el marketing político

3.5.2019. Cuando a la ministra de Economía de la Nación, Felisa Miceli, le encontraron en el baño adyacente a su despacho un sobre con dinero comenzó una historia que terminó en la justicia, previa renuncia al cargo.

Lo que se explicó en ese momento, junio de 2007 cuando el presidente de la Nación era Néstor Kirchner, fue que ese sobre fue encontrado por agentes federales que realizaban la habitual y rutinaria requisa policial.

En aquél momento, los policías encontraron una bolsa que contenía 100 mil pesos  y 31 mil dólares. Como consecuencia de eso se inició una investigación y su desplazamiento del ministerio, pese a las explicaciones que la funcionaria realizó para justificar la procedencia del dinero.

La historia de Miceli, después de ese hecho, continuó en la justicia: el 28 de diciembre de 2007 fue procesada​ y en 2014, el Tribunal Oral Federal N° 1 de Capital Federal la condenó por "administración fraudulenta" a una pena de tres años de prisión en suspenso y seis años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. ​

En junio también pero de 2016, en la Casa de Gobierno bonaerense, dos policías ingresaron al despacho de la gobernadora María Eugenia Vidal, quien había asumido en diciembre de 2015. Desde el inicio de su gestión marcó un aspecto innegociable: que llegaba a la administración provincial para enfrentar a las mafias, sobre todo las enquistadas en la Policía que ahora le tocaba comandar.

Como parte de ese discurso, se entendió que el ingreso de los policías que estaban realizando el mismo trabajo que los policías federales en el despacho de Miceli “fue un mensaje intimidatorio” debido a las purgas que se estaban realizando en la fuerza.

Consecuencia de ese trabajo, Vidal desplazó a los dos uniformados (les iniciaron sumarios administrativos y los denunciaron en la justicia), echó a su jefa de custodia personal y al jefe de seguridad de Gobernación.

Una alta fuente policial le aseguró a este portal que “cuando se trata de custodiar el despacho de la máxima autoridad de la provincia, los controles y los ingresos son constantes”.

“Uno nunca sabe si una ventana o una puerta quedaron mal cerradas, por eso hay que realizar recorridas en forma permanente”, explicó el vocero policial.

En definitiva, nada pasó en el despacho de la gobernadora. Pero sí, y mucho, en el de la entonces ministra de Economía.  

Ambos lugares estaban siendo revisados por policías para garantizar la seguridad de los mismos. Similares acontecimientos, medidos con distinta vara.

Felisa Miceli, María Eugenia Vidal y sus despachos: dos visiones para entender el marketing político
Vidal, en su despacho.
Envíe su comentario
.