Jueves 18.4.2024
7.6.2019. “Tenemos las apelaciones presentadas y pruebas fehacientes de que la víctima estaba en perfectas condiciones de salud, pero así y todo nuestros esposos fueron condenados a cadena perpetua por la presión que ejerció la Asociación Miguel Bru”.
De esta manera, las esposas de los cuatro policías de Berisso que el último 30 de abril fueron condenados a cadena perpetua por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de La Plata se mostraron convencidas de la injusticia que hubo antes y durante el juicio.
En diálogo con este portal, las esposas de los policías Ernesto Conti, Ricardo de La Canal, José Antonio Cácere y Roberto Percuoco, aseguraron que la causa en cuestión “se armó por presión de la Asociación Miguel Bru, porque Rosa (Schonfeld, la madre del joven estudiante de periodismo desaparecido en 1993) fue engañada al creer en la palabra de la familia damnificada”.
“Si ella (Rosa) supiera la verdad, no habría actuado de esa manera”, dijo una de las mujeres, quien junto a las otras tres prefierió mantener su nombre en reserva “porque nos sentimos amenazadas y perseguidas”.
El caso al que se refieren las mujeres de los policías comenzó el 22 de octubre de 2011. Ese día, aparecía muerto Ariel Canizzo en el calabozo de la Comisaría 4ta de Berisso ubicada en la localidad de Villa Argüello.
Canizzo había sido detenido en su domicilio por efectivos de la Comisaría 3ra (El Carmen), en donde prestaban funciones los cuatro policías condenados a perpetua.
“Ellos estaban persiguiendo a un menor que había robado una moto, la cual dejó en la puerta de una casa e ingresa corriendo. Ahí estaba Canizzo, quien tenía pedido de detención”, cuenta una de las esposas.
Seguidamente, la mujer relata que a Canizzo “lo llevaron a la Comisaría 3ra, le hicieron legajo personal y luego lo llevaron a cuerpo médico para realizarle la revisación”.
“Como no pudieron alojarlo en los calabozos, porque en 2011 estaban inhabilitados, lo llevaron a la Comisaría 4ta. Allí, los oficiales lo reciben en perfecto estado de salud y físico y lo alojan en un calabozo. Nuestros esposos se retiraron y siguieron trabajando en su jurisdicción como correspondía”, agregan.
Sin embargo, algo pasó: Canizzo muere en la Comisaría 4ta, a las 12 ó 13 horas de estar ahí.
De inmediato, toma intervención la justicia. El fiscal Marcelo Romero cita a los “cuatro funcionarios” (así se refieren, en todo momento, las mujeres respecto de sus esposos) para iniciar una causa como “averiguación de las causales de muerte”.
“Ahí interviene la Asesoría Pericial de la provincia de Buenos Aires, en donde los peritos forenses intervinientes, los doctores Andrea Sánchez y Juan José Granillo Fernández, son los encargados de la realización de la autopsia”, sostuvo una de las mujeres, quien de inmediato agregó que “ese informe determinó que Ariel Canizzo murió por causas naturales, por corazón agrandado y por consumo de sustancias tóxicas y edema de pulmón”.
De acuerdo a ese informe, el fiscal Romero “pide la absolución de los cuatro funcionarios”.
“Pero, una vez que está por cerrarse la causa, ingresa una Asociación de Derechos Humanos a favor de la parte damnificada. La entidad presenta un perito de parte que, por medio de fotocopias de fotos, dice que Canizzo tenía golpes”, relató otra de las esposas.
Eso llevó al fiscal Romero a comunicarse con el entonces juez de Garantías, César Melazo, quien decide recaratular la causa a “presuntos apremios ilegales”, dándole intervención a la parte damnificada.
En 2015, se hace un careo entre los peritos de la Asesoría con el de parte, quienes no se ponen de acuerdo. Los primeros decían que fue por muerte natural y el de la Asociación Bru dijo que no.
Al no ponerse de acuerdo, se decide elevar la causa a juicio oral para abril de 2019 y caratularla como “presuntos apremios ilegales”.
“Ellos llegaron al juicio oral libres. Y el juicio comienza con esa carátula, pero la parte damnificada logra modificarla a ‘homicidio agravado’”, destacó una de las esposas de los policías.
El juicio se llevó a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 integrado por Hernán Decastelli, Cecilia Sanucci y del TOC N° 2, Silvia Hoerr (quien se sumó por ausencia de un integrante del N° 1). Por la parte oficial acusatoria estuvo el fiscal de juicio Martín Chiorazzi.
“Hoerr votó a favor de los funcionarios públicos”, destacó la mujer de un efectivo policial berissense. Sin embargo, por el voto de Decastelli y Sanucci los efectivos fueron condenados a cadena perpetua.
Al respecto, una de las familiares de los policías recuerda que “en el expediente desapareció el legajo original de Canizzo, en donde estaban las fotos a color con las que se podía observar que no tenía golpes ni ropa ensangrentada, como en su momento dijeron desde la Asociación Bru”.
“Y también tenía sus zapatillas, que en su momento dijeron que se las habían robado los policías. El perito de parte, Omar Ledesma, nunca afirmó nada, siempre supuso las situaciones para denunciar, como creo que, me parece que, nunca dijo sí de manera rotunda”, agregó otra.
Sin embargo, señalan que “en el juicio logramos encontrar las fotos en color que habían quedado en un pendrive y quisimos ingresarlas. Pero como la parte damnificada dijo que se oponía porque la etapa de pruebas estaba cerrada, los jueces aceptaron esa postura y no lo permitieron”.
“En esas fotos se ve a Canizzo en perfecto estado de salud, y son pruebas fehacientes”, aseguraron.
Por último, insistieron en su reclamo: “Queremos justicia, pedimos libertad ya para los cuatro funcionarios inocentes”.
