Miércoles 24.4.2024
6.7.2019. La ola de frío polar que atraviesa gran parte del país trajo innumerables problemas, fundamentalmente, a personas en situación de calle y a las de menores recursos. Y la ciudad de La Plata no fue la excepción en la cadena de inconvenientes: escuelas, hospitales y centros de salud se vieron perjudicados por la falta de gas que impidió calefaccionar las respectivas salas.
También, y siempre en la capital bonaerense, hubo varios ámbitos laborales en donde sus trabajadores padecieron las inclemencias del frío. Uno de esos fue el Teatro Argentino de La Plata, un imponente edificio que aparenta seguir siendo una cáscara de lo que realmente debería ser.
Prácticamente paralizado y en permanente obra desde hace más de dos años (la sala Ginastera, la más importante, está cerrada desde entonces) y con poca oferta de espectáculos, el Teatro es sinónimo de decadencia.
“No hay presupuesto”, saben decir las autoridades del ministerio de Gestión Cultural conducido por Alejandro Gómez cada vez que se hace un reclamo en infraestructura para el Teatro que ocupa una manzana comprendida por las Avenidas 51 y 53 y las calles 9 y 10..
Y esta vez no hubo para el gas: los trabajadores de los talleres del primer al cuarto nivel, que son enormes, tuvieron que llevar sus propias estufas eléctricas para poder calefaccionar los ambientes. Igual, no alcanzó.
