23.10.2019. En los últimos días, los que formamos parte de la comunidad “china” en Argentina nos sorprendimos con desopilantes agresiones generalizadas que pretenden colocarnos en lugares donde no pertenecemos.
Primera agresión: en el Diario BAE el presidente de los supermercados “La Anónima”, Federico Brown, culpa a los supermercadistas chinos de:
NO PAGAR IMPUESTOS.
SER SUCIOS.
SER LADRONES.
LAS EMPRESAS ARGENTINAS CIERRAN POR CULPA DE LOS EXTRANJEROS.
Lamentablemente se nos presentan las desagradables imágenes de la Alemania de pre Guerra cuando a la comunidad judía se la acusaba de lo mismo.
Es una actitud muy cruel hacia la trabajadora comunidad china acusarnos de ladrones, sucios, y evasores. Y más cruel hacerlo para tapar un fracaso.
Alguien dijo alguna vez: “No sorprende el nazismo, me sorprende que no vuelva a suceder”.
Afortunadamente los vecinos de los supermercados chinos no piensan como el dueño de los supermercados “La Anónima”, Federico Brown. Los miles de clientes que diariamente compran en los supermercados “Chinos” saben del compromiso que el “chino” tiene con el barrio.
Segunda agresión: en el diario La Nación la reconocida sommelier Agustina de Alba expresa que:
NO RECOMIENDO COMPRAR VINOS EN LOS SUPERMERCADOS “CHINOS” PORQUE TIENEN UNA “GUARDA DUDOSA”
Nuevamente surge la acusación de lo ilegal hacia la comunidad china. Nuevamente surge una fácil y cómplice acusación generalizada sin fundamentos.
El vino es la bebida nacional. Y el vino argentino es uno de los más valorados del mundo y los supermercados “chinos” están orgullosos de poner a disposición de los clientes una amplísima gama de etiquetas y precios. Lo pueden hacer porque son eficientes, y porque valoran a los clientes que todos los días los visitan.
Agustina de Alba es una exitosa sommelier argentina que es embajadora del vino argentino en el mundo. La invitamos con humildad a volver a acercarse a cualquier supermercado chino a comprar vinos y los productos que necesite.
Unas líneas antes de terminar: los supermercados “Chinos” pagan los impuestos, mantienen los estándares de higiene más altos que los supermercados “tradicionales”, generan miles de empleos en blanco, promueven el desarrollo de las pymes argentinas… y tienen tarjetas de débito y crédito.