Jueves 25.4.2024
4.12.2019. “Mis hijas escaparon del infierno”; “Siempre creí que ese era un lugar de contención y protección contra la violencia, pero lamentablemente es todo lo contrario”.
De esta manera, la madre de Cielo F. (12 años) y Luz F. (14) le expresó a este portal el dolor, desilusión e indignación con los responsables del Hogar “Rosa Alba Ciampa” de La Plata, lugar que este año fue noticia por otro hecho trágico: el suicidio de una adolescente.
Según la madre de las niñas, estas “tuvieron que fugarse porque no soportaron más los golpes y otros tipos de agresiones por parte de las otras chicas internadas, mientras las empleadas no hacían nada para evitarlo”.
“Una de mis hijas me decía que mientras, le pegaban, las preceptoras estaban mirando sus teléfonos celulares”, agregó la mujer.
Al respecto, la madre de las niñas fugadas del Hogar dijo que ya tomó intervención el juzgado de Familia de San Martín, que decidió que estén con su abuela materna hasta tanto se clarifique la situación.
Precisamente, la madre de Cielo y Luz contó que por un conflicto familiar ocurrido a mediados de este año tomó intervención el servicio local que atiende en temas de derechos de niñas y niños de Trujui (Partido de Moreno), la localidad a la que pertenecen. Desde allí, se tomó la decisión de que sean trasladadas al Hogar “Rosa Alba Ciampa” platense.
“El primer mes estuvieron incomunicadas completamente, nadie nos dijo en dónde estaban alojadas, hasta que Luz se escapó y pudo llamarnos por teléfono para avisarnos”, dijo el hermano de las niñas. Tras varias semanas de tensión, se fugaron el 29 de noviembre.
El Hogar “Rosa Alba Ciampa” de La Plata fue inaugurado en octubre de 2015 con un fin auspicioso: velar por la seguridad y la contención de niñas y adolescentes (entre 11 y 18 años de edad) en situación de vulnerabilidad social. En un principio comenzó a funcionar en la amplia casona de Avenida 31 y 45, para después ser trasladado a la actual sede de Avenida 1 y 58.
Dicho Hogar funciona bajo la órbita del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires, que a su vez depende del ministerio de Desarrollo Social.
“Quienes tenían que contener a mis hijas las terminaron golpeando, marcándoles el horror de por vida”, dijo la mujer, quien de inmediato concluyó: “Mientras ellas padecín, en el servicio de Trujui me decían que estaban felices y contentas”.
