Documento exclusivo: A tres meses del último golpe militar la Iglesia se refería a los desaparecidos
Portada del libro de la CEA.

Documento exclusivo: A tres meses del último golpe militar la Iglesia se refería a los desaparecidos

9.12.2019. Distinguido en 1980 con el premio Nobel de la Paz por su combate a favor de los derechos humanos en Argentina, Adolfo Pérez Esquivel, apunta contra “los obispos cómplices de la dictadura”. Los familiares de las víctimas acusan al clero de cerrar los ojos en lugar de denunciar.

Eston son algunos de los testimonios que le dan a la Iglesia, institucional, un silencio y hasta complicidad con la última dictadura militar que se inició el 24 de marzo de 1976 y culminó el 10 de diciembre de 1983… PERO TODO ESO ES FALSO porque hubo, lisa y llanamente, una deliberada intención para imponer mentiras respecto a la participación de la Iglesia Católica durante ese trágico período.

Salió a la luz el único libro sobreviviente a la destrucción, en donde constan decenas de documentos públicos de la Conferencia Episcopal Argentina hacia los miembros de la Junta Militar, desde el mes de mayo de 1976 hasta el fin del proceso militar, en donde se dejan en claro las violaciones de los derechos humanos por parte de los integrantes de las fuerzas armadas que conducían los destinos del país.

El encargado de la recopilación de esos documentos fue el entonces obispo auxiliar de Morón y secretario general del Episcopado Argentino, Carlos Galán, quien desde 1991 y hasta 2000 fue arzobispo de la ciudad de La Plata.

No es llamativo que los documentos no hayan sido hechos públicos por los miembros de la primera Junta Militar que encabezaban Jorge Rafael Videla, Orlando Ramón Agosti y Emilio Eduardo Massera, ni los medios captados por estos. Lo que resulta extraño es que, de los 5.000 ejemplares, con una breve selección de medio centenar de documentos, haya quedado un solo libro, teniendo el resto destino incierto.

CARTA PASTORAL COLECTIVA

(15/5/1976)

“El bien común y los derechos humanos son permanentes, inalienables y valen en todo tiempo y espacio, sin que ninguna emergencia, por aguda que sea, autorice a ignorarlos…”

“Hay hechos que son más que error: son pecado y los condenamos sin matices, sea quien fuere el autor:

-es el arrinconar a otros contra el hambre, para ganar descontroladamente.

-es el asesinar –con secuestro previo o sin él – y cualquiera sea el bando del asesinado”

“Ademas es pecado:

-si en el afán por obtener esa seguridad que deseamos vivamente, se produjeran detenciones indiscriminadas, incomprensiblemente largas, ignorancia sobre el destino de los detenidos, incomunicados de rara duración, negación de auxilios religiosos;

(CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA)

Asi como este, a solo 50 dias del golpe militar, son decenas los comunicados y cartas públicas a los miembros de la Junta Militar, asi como a los principales Popes del poder militar.

Documento exclusivo: A tres meses del último golpe militar la Iglesia se refería a los desaparecidos
Galán, el recopilador.

CARTA DEL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA AL MINISTRO DEL INTERIOR, General Albano Harguindeguy

(14/6/1976)

“….los obispos recibimos con frecuencia, últimamente, doloridas quejas de familiares de personas desaparecidas, secuestradas o también detenidas….”

“…me han encomendado hacerle llegar el vivo dolor con que los Obispos argentinos hemos visto el asalto y posterior irrupción en lugares donde la Comision Católica Argentina de Inmigracion aloja a los refugiados que están bajo su amparo, llena de desconcierto. No alcanzamos a imaginar quiénes, ni con qué propósitos, han decidido y podido realizar tal atropello…”

Así como estos documentos, se puede leer en innumerables cartas, encuentros directos con los miembros de las Juntas Militares, todas ellas públicas, en donde se les afirma, frente a frente, temas puntuales como ser:

Reunión de la Conferencia Episcopal con la Junta Militar

(15/9/1976)

-El problema de los Derechos Humanos:

   .Se reciben contínuos pedidos por presos o secuestrados

   .Se habla de personas con problemas de conciencia porque han debido intervenir en torturas.

   .La ignorancia sobre el destino de las personas

   .La vehemente sospecha de que a veces se actúa por simples denuncias anónimas.

Esto deja en evidencia, la clara intención de desacreditar a la Iglesia Toda, sobre su rol durante la última Dictadura Militar. Sin dudas miembros de la Iglesia han colaborado con los deliitos de lesa humanidad, así como muchos otros han sido victimas de la represión hasta dar la vida, pero lo que deja en claro toda esta documentación, es que la Cúpula de la Iglesia se hizo eco de los reclamos de familiares de victimas, e incluso, recibió en confesión la participación de miembros de la dictadura en torturas, lo que les fue comunicado a los integrantes de la Junta Militar en forma directa, dejando en claro que no había justificativo alguno para ese actuar.

Solo queda pensar a quiénes beneficia hacerse de la exclusividad de la defensa de los Derechos Humanos durante la última dictadura militar.

 

Informe: Diego Steiner

Envíe su comentario
.