Martes 16.4.2024
25.5.2020. Ricardo Barreda, odontólogo de profesión, fue el autor del recordado cuádruple femicidio que conmovió no sólo a la ciudad de La Plata sino a todo el país aquel 15 de noviembre del año 1992.
Su propia casa ubicada en la céntrica calle 48 entre 11 y 12 fue el escenario de los macabros crímenes cometidos con una escopeta contra su esposa, Gladys McDonald (57 años), a sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana Barreda (24) y a su suegra, Elena Arreche (86).
Cecilia había seguido sus pasos profesionales, dado que también era odontóloga. En cambio, Adriana era abogada.
Después de los asesinatos, el odontólogo salió de su domicilio como si nada hubiera sucedido. Fue hasta la casa de su amante y luego a un hotel alojamiento. Intentó convencer a los policías que realizaron las primeras investigaciones que las muertes de sus familiares habían sido por un intento de robo, pero más tarde se presentó en sede policial para entregarse y confesar la autoría de los mismos.
Finalmente, y tras un largo proceso de investigaciones, en el año 1995 se llevó a cabo un concurrido juicio oral en los tribunales penales de La Plata. Los jueces lo condenaron a prisión perpetua.
Sin embargo, y pese a la condena social que obraba en su contra, trece años después fue beneficiado con el arresto domiciliario. Los jueces argumentaron que esa decisión se basaba en su buena conducta y por ser mayor de 70 años.
Tiempo después, ese beneficio fue revocado porque Barreda violó el arresto domiciliario. En 2011 lo recibió nuevamente y volvió a violarlo, por lo que tuvo que ir nuevamente a prisión. Pese a ello, a fines de marzo de ese año le fue otorgada la libertad condicional.
Con ese beneficio procesal, y tras alguna convivencia fallida con una mujer que conoció cuando estaba en prisión, Barreda deambuló por centros asistenciales de la zona norte del Gran Buenos Aires. Desde hace unos años estaba internado en el geriátrico Del Rosario de José C. Paz, en donde encontró la muerte por “causas naturales".
