Jueves 25.4.2024
13.8.2020. Hace apenas unos días, este portal dio cuenta de un hecho de corrupción que salpica al intendente de La Plata, Julio Garro (Juntos por el Cambio), a varios de sus funcionarios y colaboradores. En el artículo en cuestión se hacía mención a un circuito ilegal de recaudación de dinero a través de descuentos a los salarios de cooperativistas.
Según cuentan quienes se vieron obligados a entregar una parte de sus salarios a los colaboradores de Garro, ese mecanismo está prácticamente institucionalizado desde el inicio de sus respectivos trabajos: “Siempre nos dijeron que era una colaboración o un aporte de nuestra parte para ayudar a que todo siga funcionando, pero sabemos que no es así”, dijo la empleada de una cooperativa de barrido y limpieza.
En ese sentido, hay una coincidencia respecto a quién lleva la voz de mando en todo ese circuito de recaudación ilegal que, en promedio, llega a los cuatro millones de pesos por mes: Cristian López, director de Seguridad Edilicia de la municipalidad.
Voceros confiables aseguraron a este portal que López tiene en su poder varias tarjetas y planillas de cobro de empleadas y empleados de cooperativas a los que les cobra el sueldo, les retiene un porcentaje acordado y luego sus colaboradores se encargan de entregarles el resto de sus salarios.
Tras poner al descubierto este mecanismo de corrupción del gobierno del intendente Garro, se puso en contacto con este portal la ex pareja del mencionado director de Seguridad municipal, quien corroboró dicho procedimiento pues dijo haberlo vivido de manera directa.
En diálogo exclusivo con este portal, Julián Rodrigues, ex esposo de López, dijo que desde un principio tuvo sospechas de manejos irregulares: “Muchas veces lo veía llegar a casa con mucho dinero, contento, y cuando le consultaba por su origen me decía que eran premios especiales que le daba el intendente Garro por su buen trabajo”.
“Yo siempre sospeché que eso era parte del descuento que le hacía a la gente que tenía anotada en sus planillas”, sostuvo.
No obstante, Rodrigues reconoce que tanto él como su madre estuvieron trabajando para el municipio, aunque en sus respectivas tarjetas de débito figuraban como integrantes de una cooperativa. Las mismas siempre estuvieron en poder de López, quien se encargaba de cobrar por ambos.
“A mí me puso a trabajar en un sector que supuestamente se dedicaba a asesorar en seguridad, área para la cual yo no estaba capacitado”, recordó el joven, para luego agregar que “muchas veces tenía la función de coordinar operativos de seguridad para los actos en donde estaba la gobernadora María Eugenia Vidal o el propio intendente Garro”.
“Al principio acepté y después le dije a Cristian (López) que no podía seguir en un cargo en el que se requieren conocimientos de seguridad”, destacó Rodrigues, quien finalmente quedó a cargo de cuestiones administrativas.
En su nueva función, en la que manejaba planillas que detallaban los sueldos de integrantes de cooperativas, Rodrigues comenzó a descubrir “actitudes raras” por parte de su pareja y de algunos funcionarios, especialmente los vinculados a la secretaría de Seguridad y, también, de las autoridades de la Policía Local.
“En todo momento me llamó la atención que vinieran a nuestra casa, generalmente a altas horas de la noche, esas personas que veía en la oficina cercana a la del intendente para hablar con Cristian”, recuerda su ex esposo, quien luego agrega un detalle fundamental: “Siempre le dejaban un sobre con bastante dinero”.
Ante la sospecha de que ese dinero era producto de algún negocio turbio, Rodrigues le pidió explicaciones a su marido: “Me dijo que todo ese dinero que le traían era de una recaudación por descuentos salariales que le hacían a cooperativistas”, contó.
En esa tensa conversación, López le reconoció que junto a un grupo de funcionarios de confianza poseían las tarjetas de cooperativistas, a quienes les descontaban un porcentaje de sus salarios. “Ah… eso quiere decir que les están robando a la gente, le dije, y se ofendió conmigo”, relató Rodrigues.
Disgustado y decepcionado con esa situación y para no ser cómplice de un claro hecho de corrupción, en mayo de 2018 Rodrigues decidió cortar la relación con López (se casaron el 22 de julio de 2016 en el Registro Civil de Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y pedirle de inmediato el divorcio.
“Me sigue negando el divorcio tantas veces como se lo pedí, quiero que me firme los papeles porque no quiero -y tengo miedo- estar involucrado con una persona envuelta en cuestiones turbias”, aseguró Rodrigues.
Los miedos del ex esposo de López se basan en cuestiones lógicas por la connivencia que pudieron tener en esos hechos de corrupción los colaboradores de Garro vinculados a la Seguridad, desde “el primer secretario, comisario retirado Daniel Piqué, hasta el actual, Darío Ganduglia”, aunque no deja de mencionar al “ex jefe de la Policía Local, Carlos “el Vasco” Mariezcurrena”.
“Después de separarnos nos quedamos con mi madre en la misma casa, pero tuvimos que irnos de allí por el acoso y las presiones que recibimos. Al final, Cristian se quedó con todas mis pertenencias, hasta con el plan de ahorro del auto VW que nos íbamos a comprar en la concesionaria Dietrich”, concluye Rodrigues.
