Viernes 26.4.2024
22.1.2019. Guillermo Montenegro es diputado nacional y fue ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuando el actual presidente de la Nación, Mauricio Macri, era el Jefe de Gobierno. También, se desempeñó como embajador argentino en Uruguay.
Guillermo Castello es diputado bonaerense perteneciente a la Coalición Cívica, el partido que conduce Elisa Carrió.
Carlos Arroyo, es el actual intendente de General Pueyrredón, partido que tiene a la ciudad de Mar del Plata como máxima expresión turística.
La gestión de Arroyo, en los últimos tiempos, cayó en los peores cuestionamientos por parte del Gobierno bonaerense encabezado por María Eugenia Vidal. Motivos sobran: extensos conflictos con los empleados municipales, internas de gabinete, roces con el Concejo Deliberante, enfrentamientos con los comerciantes y falta de mejoras en infraestructura forman parte de los mismos.
Vidal, se sabe, hace tiempo que con Arroyo no tiene un buen diálogo a pesar de ser de Cambiemos, alianza por la que llegó a gobernar el distrito en diciembre de 2015.
El reciente conflicto con los maleteros que generó caos en la Terminal de Ómnibus generó nuevos enfrentamientos y roces entre los sectores que ahora pugnan por quedarse con el Gobierno municipal.
Entre esos sectores están, precisamente, Montenegro y Castello.
Montenegro es el bendecido por la propia gobernadora Vidal: no hay acto en Mar del Plata en donde no se destaque su presencia, con lugar privilegiado incluido.
En tanto, Castello corre con el apoyo de Carrió, quien en la ciudad costera tiene un respaldo nada despreciable.
Los dos legisladores coinciden en dos aspectos. El primero: dicen que esta es la peor cara que Mar del Plata le ha dado al turismo en las últimas décadas. Y el segundo (tal vez el más aprovechado): cuanto más visibles son los conflictos de Arroyo, se convencen de que pueden llegar a ser la alternativa que Cambiemos necesita para renovar la gestión luego de las elecciones generales de este año.
