La "Política", que para Carrió es sinónimo de "Rosca", volvió a escena en el Gobierno de Macri

3.9.2019. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, nunca fue de las preferencias de su colega Elisa Carrió por una cuestión que a quienes ejercen o practican la política no debería sonrojar: la “Rosca”.

Carrió, en fin, siempre asoció ese término a intrigas palaciegas, a negociaciones espurias o ilícitas. Paradojas de una dirigente que está en la consideración pública desde hace un par de décadas simplemente por hacer política.

Más cercana a los oídos del presidente Mauricio Macri y socia principal de la coalición que gobierna el país, Carrió logró el desplazamiento de Monzó de las reuniones en donde se debían tomar algunas decisiones.

Puertas adentro de Cambiemos/Juntos para el Cambio, todos saben que las alas políticas están identificadas en el presidente de la Cámara de Diputados (armador del espacio en varios distritos de la provincia de Buenos Aires) y en el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

A sabiendas de su evidente desplazamiento y del descrédito interno al que lo arrastró Carrió, Monzó salió a hacer su propia campaña de reivindicación de la “Rosca”.

Mediante unos jarros para el café o té de porcelana blanca y su figura destacada en una gama de grises y negros, el dirigente político se encargó de que ese artículo llegara a manos de senadores, diputados y concejales de la provincia de Buenos Aires.

Ahora, y con la urgencia de querer llegar a la sociedad que en 2015 y 2017 lo votó pero lo castigó en las PASO del 11 de agosto, el presidente Macri se recuesta en la política para tratar de encontrar un rumbo.

Monzó, Frigerio, además del senador nacional y candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto, integran ese espacio de discusión y estrategias para asesorar a Macri con miras a las elecciones generales del 27 de octubre. Los pasos a seguir y sus consecuencias forman parte de la “Rosca” que tanto molesta a Carrió.