Jueves 25.4.2024
19.5.2020. Que sí, que no, que sí, que no… la nueva estrategia de los comerciantes de La Plata es casi un desafío a la prohibición de levantar las persianas de los negocios como parte del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno nacional para frenar el avance del Coronavirus.
Específicamente, en el centro comercial de calle 8 y adyacencias se puede ver claramente cómo las “persianas a media asta” son la evidencia del reinicio de tareas en muchos negocios.
En algunos casos, como el negocio de venta de ropas “Tiza” los propietarios optan por dejar abierta la mini puerta que forma parte de la persiana metálica, la cual por su rigidez tiene la función de trabarla completamente y así evitar que sea levantada.
Como se sabe, el reinicio de la actividad comercial y de servicios de atención al público no está autorizada en la ciudad de La Plata, dado que el Gobierno bonaerense especificó que dicho rubro no forma parte de las excepciones a la cuarentena.
Por lo que se pudo observar, la mayoría de los comerciantes prefiere dejar las persianas a medio levantar para que sus eventuales clientes confirmen que a pesar de las prohibiciones están atendiendo. El rubro que más predomina es el de indumentaria.
Otro dato que no pasa desapercibido en lo que ya es prácticamente el abandono de controles por parte del gobierno municipal que conduce Julio Garro (Juntos por el Cambio) es el retorno de los vendedores ambulantes, principalmente los de origen senegalés que siempre fueron destinatarios de fuertes controles y operativos conjuntos entre la Policía Bonaerense e inspectores municipales que terminaron con forcejeos, golpes y el decomiso de sus mercaderías.
Un aspecto a destacar: en la recorrida, este portal pudo comprobar que hay una buena convivencia entre las y los inspectores municipales con vendedoras y vendedores formales e informales (aunque, en esta situación de Pandemia, podría decirse que formalidad e informalidad se asemejan por su ilegalidad puesta en evidencia). La única orden de la administración Garro está orientada al estricto control del pago del estacionamiento medido, una señal más de que ya son menos los que se quedan en sus casas para respetar la cuarentena.
