Leandro, con sus tres años de edad, protagonista de una historia en donde el amor pudo más que todo
Leandro Benítez.

Leandro, con sus tres años de edad, protagonista de una historia en donde el amor pudo más que todo

Texto: Diego Steiner.

15.10.2020. En esta historia se entrecruzaron el amor de todos los profesionales del Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata, la Fundacion Flexer, El Centro de Exalumnos del Colegio Sagrado Corazon y las fuerzas vivas de Cañuelas.

En diciembre de 2019, la vida de la familia Benítez-Vigo de Máximo Paz, del Partido de Cañuelas, sufrió un duro shock: se diagnosticó que Leandro Benítez, el hijo menor del matrimonio, tenía leucemia y rápidamente se dirigieron a lo desconocido, La Plata, el Hospital de Niños Ludovica...

Allí fueron recibidos, por todo el personal médico, como si se tratara de un hijo.

Las doctoras Virginia Schuttenberg y Claudia Ruiz fueron las encargadas de contar cómo fue el complicadísimo proceso. Al final de este artículo, se podrá observar el video al respecto.

Una vez que Leandro junto a su mamá María fueron dados de alta de la internación, se les dio un hogar, a pocos metros del Hospital: el Hogar Ludovica, donde recibieron todos los cuidados para que pueda seguir su tratamiento externo, de tres días por semana, para recibir Posaconazol, un medicamento que se usa para tratar o prevenir infecciones causadas por hongos.

Cada vez que concurre al Hospital, Leandro permanece internado unas cuatro horas recibiendo la medicación por vía endovenosa.

Ya, en esta situación, la Fundación Flexer, siempre atenta a cubrir las necesidades en situaciones críticas, concurría con su personal especializado a relevar las necesidades de Leandro y su mamá.

Mientras se realizaba el tratamiento externo, a la madre se le comunica que el tratamiento podría seguirse desde su casa, si se conseguía la medicación, vía oral.

Si bien el tratamiento se podía seguir desde su casa en Cañuelas, surgía un problema: el costo de la medicación, para culminar el tratamiento sumaba 1.800.000 pesos y, aunque la farmacia del Hospital Ludovica comenzó rápidamente los trámites para conseguir la medicación, era obvio que llevaría tiempo.

Allí Maria, desesperada por volver con su hijo a Cañuelas, pide auxilio por todos los medios de comunicación posible, en donde las redes sociales también jugaron un rol fundamental.

Así, llega a conocimiento del Centro de Exalumnos del Sagrado Corazon de Jesús de La Plata la historia y las necesidades de Leandro. De inmediato se comunican con un joven referente de Cañuelas, Sebastian Cornador, quien les explica la situación, ya que se le complicaba a María hacerlo de forma clara, por las situaciones que había tenido que vivir.

Los exalumnos del Sagrado Corazon se acercaron de inmediato al Hogar Ludovica para estar al servicio de Leandro y la madre, brindándoles todo el apoyo que pudieran necesitar y llevarles tranquilidad. La esperanza siempre estuvo centrada enque se encontraría una solución a todos los inconvenientes que pudieran presentarse para que pudieran volver a casa.

Al comunicarse con la Fundacion Flexer, la misma les comunicó que habría una donación para que Leandro pudiera tener la mitad de la medicación necesaria, para comenzar y transcurrir la mitad del tratamiento en su Cañuelas natal. La alegría fue inmensa, al descubrir el amor y el profesionalismo con que trabaja la Fundacion Flexer, que respondió de inmediato a las necesidades de Leandro, para que pudiera empezar su tratamiento en Cañuelas.

Luego de la emoción que les causo, los exalumnos del Sagrado Corazón se pusieron en contacto con Sebastián Cornador para avisarle que se había donado la medicación para poder comenzar el tratamiento, y que ahora se avecinaba otro desafío: conseguir el resto de la medicación, para poder completar el resto del tratamiento. Allí empezó la campaña, la ciudad de La Plata y Cañuelas unidas por el amor a Leandro.

Tanto en diarios de Cañuelas como en los medios de comunicación del Centro de Exalumnos del Sagrado Corazón, se movilizó a compartir la alegría de brindarse al otro.

Y como nunca lo dudaron, la donación se completó en un par de días, con Leandro continuando su tratamiento rodeado del amor de su hogar en Cañuelas, y con todo el amor recibido desde el primer momento que llegó al Hospital de Niños de La Plata.

Todo el amor que lo rodeó, lo hizo sentir acompañado y cuidado, como un miembro especial de la familia, pues siempre tendrá aquí una parte de su familia del corazón.

El Amor todo lo puede.

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