Lunes 30.6.2025
16.10.2019. La ola amarilla que se posó sobre la provincia de Buenos Aires en las elecciones de 2015 llevó a las intendencias municipales a dirigentes políticos y a figuras sin militancia alguna que lo único que tenían a su favor era el hecho de ser conocidas públicamente. En este último pelotón, por poner solamente un ejemplo, se encuentra el jefe comunal de Quilmes, Martiniano Molina.
Molina se hizo famoso en la televisión por sus dotes de buen cocinero que lo llevaron a conducir programas propios, habilidad que luego trasladó a libros y conferencias.
Como el del intendente quilmeño, de las 69 comunas obtenidas por Cambiemos en 2015, hay varios casos emblemáticos y una certeza: así como llegaron, se irán en 2019.
El eufemismo político que da vueltas por estas horas en los municipios bonaerenses da cuenta de una situación verosímil: “En 2015, cualquiera que hubiera estado como aspirante a la intendencia en la boleta de Cambiemos, ganaba. Y eso no tenía nada que ver con los candidatos locales, sino que fue por el arrastre de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal”.
A casi cuatro años de aquella proeza de los entonces candidatos opositores, las estrategias cambiaron notoriamente: ganaron gracias a Macri, pero ahora no quieren perder, precisamente, por culpa de Macri. Ese sería el único argumento posible para justificar las ausencias de afiches o spots de campaña con la cara o el nombre del presidente Macri. O de Vidal.
Con las elecciones del 27 “a la vuelta de la esquina”, el rostro de Macri no se ve en afiches de La Plata, Brandsen, Quilmes, Berisso, San Vicente, Bahía Blanca. Tibiamente se vieron algunos en Pergamino, distrito que, casualidad o no, este martes visitó el presidente en el marco de su caravana “Sí, se puede”.
“A Macri, más vale ocultarlo que exponerlo a la vista de todos”, le dijo a este portal un dirigente cercano al intendente de La Plata, Julio Garro, uno de los primeros en guardar sus afiches que lo mostraban en compañía del presidente de la Nación.
Lo mismo hicieron los intendentes Ramiro Tagliaferro (Morón), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Nicolás Ducoté (Pilar).
En 2015 todos llegaron, como reza el eufemismo citado, gracias a Macri. Cuatro años después, no quieren perder por culpa de Macri. La política es así, al menos para la gente del Pro/Cambiemos/Juntos por el Cambio.
