La gestión Macri se va con otro aplazo, esta vez en Educación, la cual prometió mejorar

3.12.2019. Las Pruebas del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) volvieron a dar un panorama desalentador producto de las políticas públicas en materia de Educación en la República Argentina, que permanece estancada y en caída respecto a la región en lectura, matemática y ciencias.

Para sumar un aspecto más desalentador, más de la mitad de los chicos está en los niveles más bajos. De los 10 países latinoamericanos que participaron, la Argentina no supera el séptimo puesto en ninguna de las materias.

Cuando llegó al Gobierno nacional en 2015, el presidente Mauricio Macri prometió mejorar la calidad educativa, que en ese año presentaba datos también desalentadores.

Cabe destacar que PISA evalúa cada tres años a alumnos de 15 años en tres áreas: lectura, matemática y ciencias. Según los datos conocidos, la única novedad que puede generar entusiasmo es la leve mejora en lectura; aunque por el lado de matemática hubo una caída notoria y en ciencias naturales se mantuvo estable.

La prueba en cuestión busca estimar la capacidad de comprender, resolver y comunicar situaciones del “mundo real”. Sobre eso, Irene Kit, una de las especialistas a cargo del informe, indicó que “PISA mide una cosa que no se prioriza en nuestro sistema educativo”.

“Más allá de algunos intentos, se sigue enseñando de un modo contenidista. Hasta que no haya un cambio profundo, difícilmente veamos un avance significativo”, expresó Kit.

Otro de los aspectos es que esta comparación dada a conocer se da con la prueba de 2012, pues en la edición de 2015, nuestro país fue eliminado del ranking por anomalías en la muestra de estudiantes que rindió el examen. En tal sentido, fue la propia OCDE la que aclaró en el informe que los resultados “no son comparables” a los de tres años atrás.

Durante la presentación de los resultados, el ministro de Educación de la Nación,  Alejandro Finocchiaro, manifestó que “los resultados no nos sorprendieron. Estamos contentos porque finalizamos la gestión dejando como legado que la educación es una cuestión que nos atañe a todos los argentinos y que para eso se necesita evidencia confiable”.

“Una reforma educativa profunda como la que iniciamos no se puede lograr en cuatro años. La implementación de la Secundaria 2030, por ejemplo, va a estar terminada recién en 2025”, agregó el funcionario de la gestión Macri.