La Plata: para prevenir accidentes, impulsan iniciativas que generan más peligros a la ciudadanía
Maseta en plena ochava.

La Plata: para prevenir accidentes, impulsan iniciativas que generan más peligros a la ciudadanía

Texto: Diego Steiner, especial para Secciones Bonaerenses.

10.8.2018. Ante el enorme aumento de accidentes e incidentes de tránsito en una amplia región, con enorme cantidad de muertos y heridos, las acciones llevadas a cabo por la Municipalidad de La Plata no sólo no parecen dirigidas a bajar estos gravísimos casos, sino a aumentarlos.

Con incomprensibles acciones, desde el municipio se impulsan las supuestas “obras de prevención de accidentes de tránsito” que lleva a cabo. Las mismas son, en realidad, una serie de “trampas” para que los accidentes aumenten más, pues por lo que se observa están diseñados de manera irracional.

Uno de los problemas graves que se observa es el de las nuevas ochavas. Sin dudas, la mayoría de los automovilistas no tomó en cuenta lo peligroso que es estacionar cerca de esos espacios.

El hecho de impedir la visibilidad de los automóviles en circulación -por lo que se impide estacionar en las ochavas- eleva enormemente la posibilidad de accidentes por falta de visión de los que circulan o vienen detrás del coche mal estacionado allí.

Dos coches pueden verse a último momento si hay una ochava ocupada por un vehículo en la esquina, que les tapa la visión a los dos que vienen en dirección a impactarse. Se ven a último momento, sin posibilidad de reaccionar.

O bien un peatón puede ser atropellado en caso de encontrarse un automóvil estacionado en la ochava hacia donde el vehículo realiza el giro, encontrándoselo casi al impactarlo.

Para solucionar este problema, la gestión del intendente Julio Garro (Cambiemos), encontró la solución de colocar postes amarillos rebatibles, que impiden que ningún vehículo pueda estacionar en las ochavas y que, al ser rebatibles, no causen daño a ningún vehículo con conductor distraído o que pase rozando.

La idea es sumamente eficiente, dejando atrás la cuestión estética, que es de una importancia mucho menor ante el hecho de salvar vidas.

Hasta aquí todo perfecto, pero como se ve que lo bien hecho no le cae bien a la gestión Garro, buscaron la forma de anular lo bueno que tiene el sistema rebatible: colocaron peligrosas masetas de cemento dentro del perímetro a centímetros de los postes rebatibles.

Hoy se puede ver una enorme cantidad de esos maceteros completamente rotos por motivos de impactos de vehículos que, con seguridad, han salido dañados y con altísima probabilidad también sus ocupantes.

La Plata: para prevenir accidentes, impulsan iniciativas que generan más peligros a la ciudadanía
Rotonda de 7 y 32.

Histórica fuente de 7 y 32 y la “leca”

Otro capítulo es la histórica fuente de 7 y 32. “Histórica” no tanto por su valor artístico o patrimonial, sino por la cantidad de vehículos que terminaban dentro de ella.

Ante este problema, que viene desde hace décadas, los funcionarios municipales encontraron una solución magnifica: para que no rompan más la fuente, primero la retiraron, colocaron un chorro de agua y levantaron una estructura de cemento para que los vehículos que se pasan de largo impacten duramente.

Esa decisión contradice toda norma de seguridad vial, tanto local como nacional, pudiendo causar la muerte de los ocupantes del vehículo, al colocarles tan brusco obstáculo.

En ese lugar se puede observar que no existe más el cordón, producto de la gran cantidad de choques que se produjeron. Eso sí, lo que han logrado es que el coche siniestrado sea rápidamente retirado, sin conocerse cuántos han sido, y que las únicas consecuencias sean daños en el vehículo y los ocupantes, dejando intacto el chorro de agua…

Evidentemente, no se les ocurrió acudir a profesionales de siniestralidad que, sin dudas, hubieran dado soluciones más eficaces y seguras que esta trampa mortal -que es una pared en línea recta del sentido del tránsito- mal señalizada, ya que el vehículo que viene segundo no la ve hasta que el de adelante dobla. Si el conductor no conoce el trayecto, sigue derecho, ya que no hay una señalización que supere la altura de los vehículos que indique que hay una rotonda, siendo que es la única en todos los pasos de la circunvalación.

¿No se les ocurrió bajar un poco el cordón para que las cubiertas no revienten al pasar de largo (nadie se quiere subir a propósito) y luego colocar dos metros de  leca, esas piedritas que se colocan en los autódromos para que los coches que vienen a 250 Km/h queden atorados allí, sin causar daño ni a la plaza ni al vehículo?

Una de las fotos que acompaña este artículo muestra un camión que queda enterrado inmediatamente una vez que deja el asfalto.

Además, esta leca ha sido utilizada en los más hermosos jardines de los Palacios Europeos, por lo que, con una persona con algo de buen gusto, podría ser rodeada de hermosos jardines que nunca serían tocados por ningún vehículo, ya que la leca los detendría, sin causar daño a la rotonda, al chorrito de agua, a las plantas, a los vehículos y los ocupantes.

El orden en que colocamos los elementos que saldrían sin daño, dejando en último lugar a los ocupantes, no es caprichoso, es coherente con el orden de prioridades que parecen no tener los funcionarios municipales al tomar decisiones de este tipo.

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El camión, enterrado en la leca.
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