Carta abierta a los revolucionarios del café exprés:

17.4.2018. Vivimos en una sociedad en la que me reconozco como parte de un autosuicidio. Todos quieren hacer la Revolución, sin hacer la Revolución.

Pero, ¿Qué es ser revolucionario?

Mi bisabuela Eusebia decía: “Vergüenza es robar y no llevar nada a casa”.

Qué es ser revolucionario, cuando la comodidad como ideal está establecida culturalmente en esta nueva filosofía de la vida cotidiana en donde el individuo independizado cree ser libre, y es esclavo de un sistema, pero sobre todo de un aparato que llega a hacerle creer que está queriendo lo que desea.

Porque el individuo independizado sujeto a este mundo, a la decadencia, no perdura en un tiempo, es efímero e intangible. Este ser carece de protección, no tiene compañías adecuadas ya que sus relaciones son de conquista. No posee algo real, todo lo que tiene lo abandona creyendo que es inmortal, abrazado al superyó de la Sociedad del Dataísmo de religión digital. Nunca está satisfecho, ni contento. Es constantemente esclavo del “deseo maligno”, de esta sociedad del descarte.