Martes 23.4.2024
21.8.2019. Avalada por la buena imagen que le aportaban las encuestas de entonces, cuando la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal tomó la decisión de ser la responsable total del armado de las listas de precandidatos en todo el territorio provincial, lógicamente pensó en el éxito electoral y con ello en el peso propio de su poder en un ámbito institucional importante: la Cámara de Diputados de la Nación.
En ese sentido, la gobernadora impulsó como primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires a su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo.
Vidal, puertas adentro y afuera de su gestión, destaca el “combate a las mafias, el narcotráfico y a la mala policía” como parte esencial del trabajo realizado desde la llegada a la Gobernación en diciembre de 2015. Y una de las caras visibles de esa tarea es, precisamente, el ministro Ritondo.
Enfrascada en su carrera reeleccionista, la gobernadora bonaerense comenzó a armar su estrategia con candidatos propios. Y pensó en el ministro de Seguridad para encabezar la nómina de diputados nacionales.
No es ningún secreto reconocer que detrás de esa postulación hubo un objetivo claro: elecciones exitosas mediante (en Gobernación y en Nación siempre se sostuvo que Vidal era imbatible), la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación iba a quedar en manos de Ritondo.
El arrasador mensaje en contrario en las urnas sorprendió a Vidal y a su entorno. La respuesta inicial post derrota fue “debemos salir a escuchar a los bonaerenses y estar al lado de quien no nos eligió para saber qué necesita”.
En ese esquema están ahora los referentes de Juntos por el Cambio, que deberán remontar los 17 puntos de diferencia que les lleva la fórmula Axel Kicillof-Verónica Magario.
La contracara a Ritondo está, precisamente, en el referente de ese espacio: Sergio Massa. “Ahora no es tiempo de pensar en futuros cargos”, dicen en Gobernación, dejando en claro que la disputa por la presidencia de Diputados quedó en otro contexto.
